La encrucijada de los ganaderos: ni agua, ni comida

 La falta de comida y el intenso verano que se está prolongando en la costa Caribe, santanderes, Boyacá, Tolima y Huila, entre otros departamentos,

 La falta de comida y el intenso verano que se está prolongando en la costa Caribe, santanderes, Boyacá, Tolima y Huila, entre otros departamentos,

están generando un panorama desesperanzador para los ganaderos. En algunas zonas se han presentado incendios que reducen las pasturas a cenizas, los animales se están muriendo o perdiendo peso y en consecuencia ha bajado la producción de carne y leche.

En las últimas semanas, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) ha alertado por probabilidad alta en la ocurrencia de incendios de pastos, cultivos o bosques en 18 departamentos del Caribe, zona Andina y Orinoquia.

Además de esto, más de 30 municipios de los departamentos de Antioquia, Bolívar, Cesar, Cundinamarca, Huila, La Guajira, Norte de Santander, Santander, Sucre, Tolima y Valle del Cauca han tenido temperaturas iguales o superiores a los 36 grados centígrados.

Menor producción

José de Silvestri, gerente técnico de Fedegán-FNG, afirmó que efectivamente muchas zonas del país están viviendo un verano fuerte. “El cambio climático se está sintiendo mucho. Normalmente en zonas donde debe haber lluvias hay sequía y eso ha hecho que la producción ganadera varíe”. Añadió que el acopio de leche en el país ha bajado, la tendencia en el sacrificio de ganado también viene reduciéndose levemente y eso es muestra de que el productor todavía no se ha recuperado de los veranos de años anteriores.

“Por supuesto que la recomendación siempre es seguir haciendo comida y procurando hacer formas de pastoreo para poder subsistir en esta época de crisis”, dijo.

Por su parte, Óscar Daza Laverde, presidente de la Junta Directiva de Fedegán y presidente de la Junta Directiva de la Asociación de Ganaderos del Departamento de Cesar, sostuvo que el fenómeno de El Niño se unió con un verano “que ya no sabemos cómo llamar y viene desde el año pasado”.

Agregó que el fenómeno ha sido tan fuerte, tan arraigado que ha arrasado con todos los campos de la costa Caribe. En Cesar, especialmente, ha sido muy intenso sobre todo en la zona norte, en Valledupar, Codazzi, San Diego, La Paz. En estos municipios es donde más se ha notado el incremento del verano.

“En este momento tenemos una intensidad pequeña de lluvias. Está lloviendo por sectores, pero la precipitación no se ha estandarizado, no se ha equilibrado como en años normales, sino que llueve con poca intensidad en ciertos sectores. La mayoría de las zonas no están recibiendo la cantidad de agua adecuada para la recuperación de las pasturas que se necesitan para el normal desarrollo de la actividad”, precisó.

Reprochó que hoy en día el país entero está dedicado solamente a los comicios de octubre. “Todo el mundo habla de las elecciones, de a quién van a escoger y cómo hay que hacerlo, pero nadie se preocupa por la economía, que es la que está sufriendo y nos tiene en tantos problemas”.

“El Gobierno ha mandado unas ayudas de comida, sobre todo para pequeños ganaderos. Se les entregan dos, tres y hasta cinco toneladas de comida, pero una persona que tenga 50 vacas, que están en mal estado, y que le entreguen 5 toneladas de comida, ¿para cuánto tiempo le alcanza? Para muy poco. Son paliativos, más no decisiones de fondo”, reconoció.

Panorama tenebroso

El presidente ejecutivo de la Asociación de Ganaderos de la Costa Norte (Asoganorte), Julián Saade, expresó que el problema no es ahora. “Lo que está ocurriendo es que estamos en septiembre donde normalmente es un mes lluvioso en la costa Caribe colombiana y resulta que no han caído los niveles de lluvia que deben caer normalmente en estos meses de invierno”.

“Esto quiere decir que el verano que se nos avecina para los meses de diciembre, enero, febrero, marzo y abril será tenebroso. Así las cosas, tenemos que ver cómo nos preparamos para estas contingencias. En los sectores en donde esté lloviendo más, donde haya posibilidades de riego, hay que prepararse y hacer comida, llámese silo o heno porque la demanda de comida para los ganaderos de la costa Caribe en los meses de diciembre de este año y enero, febrero, marzo, abril y principios de mayo de 2020 va a ser muy grande”, explicó.

Para el dirigente gremial, si no se toman las medidas preventivas necesarias, habrá una pérdida de semovientes muy importante que pondrá en riesgo el sector ganadero de la Costa Caribe. Asoganorte, está impulsando el almacenamiento de comidas (silos y henos) y la disminución de la cantidad de animales en sus predios para los meses de verano.

Reservas agotadas

La directora ejecutiva del Comité de Ganaderos del Huila, Luceny Muñoz Bermeo, indicó que previendo que las épocas de verano afectarían a los productores, desde el año pasado, como gremio hicieron campañas para sembrar maíz forrajero con el propósito de producir y cosechar en esa difícil temporada.

En términos generales, el verano no fue tan largo y la estrategia les funcionó durante el primer semestre porque no se impactó negativamente la producción de leche. Sin embargo, en este momento en que la temporada seca es más fuerte, con vientos que hacen que las praderas se sequen de manera más rápida, los ganaderos ya agotaron las reservas que tenían y están padeciendo la afectación.

“Ya lo que es la zona norte, los ganaderos están buscando suplementos que les sirvan para la alimentación de sus bovinos. El problema de la temporada seca es que el costo de los suplementos, las sales y la melaza se dispara. Eso es lo que está pasando en el norte del departamento, a los ganaderos les ha tocado salir al mercado a comprar ensilaje, torta de palmiste, concentrados, cualquier alternativa que les permita la suplementación”, aseveró.

En los 37 municipios del Huila hay actividad ganadera pero generalmente el verano es más fuerte en el norte: Neiva, Yaguará, Palermo, Tello, Baraya, Villavieja y Hobo. Estos son los que están siendo más afectados por la sequía.

Máximo verano

Víctor Manuel Fajardo, presidente de la Federación de Ganaderos de Boyacá (Fabegán), afirmó que la mayoría del departamento está llegando al nivel máximo de la temporada de verano. Normalmente las lluvias arrancan en la segunda quincena de septiembre o en la primera de octubre y ahora es el momento en que con mayor rigor se está sintiendo esa temporada.

Hay reportes de ganaderos del departamento suplicando que necesitan ayuda porque las pasturas han disminuido dramáticamente y no hay pastos para ofertarles a los animales. Los ganaderos somos los primeros damnificados con el cambio climático y este tipo de situaciones han ido agravando los cuadros y en términos generales la producción de paso ha disminuido con respecto a años anteriores”, dijo. Agregó que la falta de precipitaciones hace que no haya crecimiento de los pastos, que haya riesgos de incendios –como ya se han presentado en el departamento– y esperan que la naturaleza les ayude y puedan tener precipitaciones en unos 15 o 20 días.

En Boyacá, la zona central, norte y oriente, especialmente las de lechería especializada, están sufriendo duramente por falta de lluvias y comida para el ganado.

“La Federación permanentemente trabaja con los ganaderos para que almacenen y tengan comida suficiente para sus animales. Sin embargo, es una cultura que falta arraigar más en los productores. El porcentaje de ganaderos que trabaja previamente a los veranos es pequeño. También estamos trabajando desde hace algún tiempo los sistemas silvopastoriles. Estos arreglos se convierten en un elemento valioso cuando hay crisis de pastos”, añadió.

Ayuda insuficiente

La variabilidad climática tiene también preocupados a los productores de Sucre. Juan Carlos Romero, presidente de la Federación de Ganaderos de ese departamento expresó que los veranos que comienzan en diciembre y se iban hasta marzo finalmente se han alargado. Afirmó que acaban de pasar un verano de cinco meses y se unió con el veranillo de San Juan, que no es tal porque en Sucre siguen en verano. “Lógicamente hay unas zonas donde ha llovido más que otras, pero en general, todo el departamento está sufriendo nuevamente una sequía que nos preocupa ostensiblemente porque hoy en día no hay producción de silo de maíz, que es el que nos va a ayudar a amortiguar un poco la alimentación de los ganados en el próximo verano que se avecina”.

Reconoció que en Sucre han tenido la ayuda del Gobierno Nacional, que les han enviado más de 3000 toneladas de alimento, pero dice que esa no es la solución. “Nosotros hemos venido insistiendo en que nos ayuden a producir el alimento en el departamento”.

“El alimento que nos envían para el ganado tiene altos costos, no para los ganaderos. El último alimento que nos mandaron fue un silo de panela, tengo entendido que venía del Valle y debió pagar unos fletes muy altos. Entonces le hemos venido insistiendo al gobierno que nos dé las herramientas, nosotros ponemos las tierras pero que ellos se comprometan a subsidiarnos cultivos de maíz o sorgo forrajero para nosotros producir el alimento para nuestro ganado”, sugirió.

Hay zonas en donde ya tienen escasez de agua y en consecuencia están registrando pérdidas de semovientes. Los productores están preocupados con la situación porque, con las altas temperaturas, vientos muy fuertes (que ayudan a secar los pastos) y escasez de agua, sienten que habrá una debacle.

“El clima que estamos viviendo es totalmente atípico. Los meses más lluviosos son septiembre y octubre, ya vamos para la primera quincena del primero y no hemos tenido invierno. Las aguas han sido muy espaciadas, por consiguiente, los reservorios de agua prácticamente se han secado”, aseguró.

Reconversión de la ganadería

El gerente técnico de Fedegán-FNG, sostuvo que una recomendación especial es la reconversión de una ganadería extensiva a una sostenible, pero no sólo en lo económico sino en lo ambiental. Se refiere a los modelos silvopastoriles que vienen impulsando Fedegán y el Fondo Nacional del Ganado (FNG) de tiempo atrás. Además, aconseja prepararse, en las épocas de lluvia, para hacer conservación de forrajes no solamente como heno sino también silos y con esto, en cierta medida, paliar las consecuencias de este verano.

Igualmente, hay que hacer conservación de las fuentes de agua, que son importantes para mantener la producción ganadera. “Si hacemos una muy buena administración y planificación de nuestros potreros, de la comida que tenemos en campo (manejo eficiente, rotación de potreros y ajustes de carga) estamos seguros que podemos subsistir a este verano y mantener la producción”, añadió.

De Silvestri aseguró que están trabajando de la mano con el Ministerio de Agricultura en la consecución de alimentos para las zonas que van a estar más vulnerables por este verano. Se va a entregar silos, melazas y alimentos propios de la región que en cierta medida ayuden a mitigar las inclemencias del verano que se está viviendo y de las proyecciones que se tienen.

“Este es un programa que ha sido liderado por Fedegán y que de la mano del Ministerio de Agricultura y Agrosavia se va a llevar adelante desde este año y termina en 2020”, concluyó.

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