28 de octubre de 2025

En Bogotá, el polvo de las vías sin pavimentar y el transporte de carga son la mayor causa del aire contaminado que afecta la salud

aire

El polvo que se levanta por el tránsito de vehículos en las vías sin pavimentar de la ciudad produce la mayor parte de las emisiones de material particulado fino PM2.5 que contaminan el aire que respiramos en Bogotá. Esta es una de las principales conclusiones del Inventario de Emisiones de Contaminantes Criterio y Carbono Negro de Bogotá 2023, que será publicado esta semana por la Secretaría Distrital de Ambiente.

De manera específica, el Inventario 2023 señala que la resuspensión de material particulado por tránsito en vías es la fuente principal de emisiones de PM2.5, con una participación cercana al 40% del total,  de las cuales, el tránsito en vías no pavimentadas de la ciudad concentra el 85% de dichas emisiones.

Las fuentes móviles en carretera, que incluyen la combustión y el desgaste de frenos y llantas, representan la segunda fuente de emisiones de material particulado PM2.5 con el 28% del total de estas emisiones. Dentro de esta categoría, el transporte de carga concentró cerca del 33% de las emisiones, seguido por los vehículos livianos y taxis (16%), y los buses intermunicipales (7%).
En el tercer lugar, el Inventario nos reporta que, para el 2023, la manipulación de materiales en la construcción (10.2 %) en conjunto con la maquinaria amarilla utilizada principalmente en obras viales (10.4 %) aportaron en conjunto cerca del 20 % de las emisiones de PM2.5 en Bogotá. Este resultado refleja el peso del sector de la infraestructura y las obras viales, tanto por el polvo generado al mover materiales como por las emisiones de combustión del diésel en la maquinaria utilizada.

El Inventario arroja que la mayor parte de las emisiones de PM2.5 se concentran en el suroccidente de Bogotá —Ciudad Bolívar, Bosa, Kennedy y Fontibón—, donde vive cerca del 33 % de la población de la ciudad. En estas localidades, priorizadas en el Plan de Intervención de la Zona Suroccidental (PIZSO), predominan la resuspensión de material particulado en vías y las fuentes móviles asociadas al transporte de carga.

“El Inventario de Emisiones Contaminantes de Bogotá muestra que, para el 2023, las principales fuentes de material particulado fino (PM2.5) —uno de los contaminantes del aire más perjudiciales para la salud— son el tránsito en vías sin pavimentar, el transporte de carga y las actividades de construcción y maquinaria amarilla. Estas fuentes representan el 64,2 % del total de las emisiones de PM2.5 en la ciudad y se concentran principalmente en el suroccidente de Bogotá”, afirmó Adriana Soto, secretaria de Ambiente de Bogotá.

Así mismo, el inventario evidencia que el esfuerzo del Distrito por transformar el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) hacia vehículos cero y bajas emisiones ya está mostrando resultados en la mejora de la calidad del aire en Bogotá. En 2023, el SITP aportó sólo el 1,4 % del total de las emisiones de PM2.5, gracias a que su flota cuenta hoy con 1.486 buses eléctricos. Además, entre 2026 y 2027 ingresarán 680 nuevos buses eléctricos, con lo cual el 21 % de la flota del SITP operará con tecnologías de cero emisiones, en reemplazo de vehículos antiguos con más de 15 años de circulación.

Los resultados del Inventario 2023 confirman la tendencia observada en el Inventario del 2022 frente a las principales causas del deterioro de la calidad del aire en Bogotá, y reafirman la necesidad de priorizar el mantenimiento y la pavimentación de vías, así como el ascenso tecnológico del transporte de carga hacia tecnologías cero y bajas en emisiones. En efecto, según el Inventario 2022, el 40 % de las emisiones de PM2.5 provinieron del polvo levantado en las vías, el 77 % de ellas en vías sin pavimentar, y otro 31 % de las fuentes móviles, principalmente del transporte de carga.

“Frente a este panorama, desde el Distrito venimos implementando acciones interinstitucionales para mejorar la calidad del aire, como la reducción del polvo vial mediante el mantenimiento y pavimentación de vías, la modernización del transporte de carga hacia tecnologías más limpias, las medidas de control de polvo en obras viales y el reverdecimiento del suroccidente de la ciudad”, afirmó Adriana Soto, secretaria de Ambiente de Bogotá.

Soluciones en marcha para reducir las emisiones contaminantes durante la administración del alcalde Galan

En lo corrido de esta Administración, se ha logrado un avance significativo con la intervención de más de 3,4 millones de metros cuadrados de malla vial, espacio público y ciclorrutas. El énfasis ha estado en la zona suroccidental, donde se registra la mayor problemática por calidad del aire: en las localidades de Bosa, Kennedy y Ciudad Bolívar, el IDU ha pavimentado y mantenido 153.219 metros cuadrados de malla vial, contribuyendo a reducir el material resuspendido y a generar espacios públicos más seguros y saludables.

Estas obras viales incorporan además una estrategia de reverdecimiento: entre 2024 y 2025, el IDU, con el apoyo del Jardín Botánico, ha construido 19.823 metros cuadrados de jardinería y 30.054 metros cuadrados de zonas verdes, fortaleciendo la infraestructura urbana verde y aportando a una mejor calidad del aire y del entorno urbano. De manera específica, en el suroccidente se han plantado 2.619 árboles nuevos, 15.129 m² de jardinería y 126.879 m² de zonas verdes nuevas, con Kennedy como el principal punto de intervención dentro del plan de reverdecimiento de la malla vial del suroccidente.

Para reducir el impacto de las emisiones generadas por el transporte de carga, la Alcaldía creó Foncarga, el primer fondo financiero del país destinado a promover el ascenso tecnológico de vehículos de carga de más de 20 años de antigüedad, hacia tecnologías de cero o bajas emisiones. Desde su lanzamiento en junio de este año, ya cuenta con 81 transportadores inscritos, y avanzamos hacia la meta de 576 vehículos renovados en 2035.

“Cada camión que se renueva representa un paso más hacia un aire más limpio. Además, esta administración ha avanzado en el suroccidente con acciones como la implementación de la primera Zona Urbana por un Mejor Aire (ZUMA)- Bosa Apogeo, con avances visibles, y estamos construyendo las bases para la declaración de una segunda ZUMA también en el suroccidente. Esta estrategia nos permite concentrar acciones para reducir la contaminación, como renaturalización y reverdecimiento, además de pavimentación y mantenimiento de vías. Con este enfoque integral trabajamos por una Bogotá mejor preparada para enfrentar el cambio climático y cuidar a su gente”, señaló la secretaria de Ambiente, Adriana Soto.

Pusimos en marcha la primera Zona Urbana por un Mejor Aire (ZUMA), para intervenir las áreas del suroccidente que presentan las mayores concentraciones de material particulado y donde viven, estudian y trabajan miles de personas vulnerables expuestas de forma prolongada al material particulado fino. En esta ZUMA, el Distrito articula acciones para mejorar la calidad del aire, reducir los riesgos en salud y cerrar brechas ambientales, avanzando hacia una ciudad más justa y sostenible.

En la ZUMA Bosa-Apogeo, donde viven más de 35.000 personas —incluidos cerca de 10.000 niños y adultos mayores—, la administración del alcalde Galán ha realizado el mantenimiento de 2 km de vías, una acción clave para reducir el polvo resuspendido por el tránsito vehicular. Además, allí se han plantado 250 árboles, fortalecido 32 huertas urbanas y recuperado 112 m² de jardines, mejorando las condiciones ambientales y promoviendo la participación comunitaria. Un buen ejemplo de intervención integral en la ZUMA Bosa Apogeo se encuentra en el Jardín Infantil Olarte, donde se van a transformar 404 m² de andenes de cemento y áreas destapadas en un espacio verde con jardines, árboles y superficies permeables que permiten la filtración del agua. Esta acción beneficiará directamente a 136 niños menores de 5 años, 80 de los cuales viven dentro de la ZUMA y el resto en zonas aledañas del suroccidente.

La Secretaría de Movilidad está programando la pavimentación de vías arteriales adicionales en la ZUMA para reducir el polvo resuspendido y sus impactos en la salud. También está diseñando el redireccionamiento del tráfico de vehículos de carga, con el objetivo de reducir su circulación por las zonas más sensibles de la ZUMA, minimizando así la exposición de la población vulnerable a emisiones contaminantes.

El monitoreo de la calidad del aire también se ha fortalecido, con la instalación de 7 microsensores que permiten entender mejor las fuentes de contaminación y orientar las decisiones con base en evidencia.

Adicionalmente, junto con el Jardín Botánico de Bogotá, se definió la “ZUMA 1000”, un anillo de acción de 1 km a la redonda de la ZUMA Bosa-Apogeo, en el que se han priorizado acciones de plantación, mantenimiento, y ampliación de coberturas vegetales, como parte de una estrategia integral de reverdecimiento. A la fecha, se han sembrado 211 árboles nuevos, mantenido 5.000 árboles jóvenes, recuperado 2.597 m² de jardines urbanos, y fortalecido 148 huertas urbanas. También se ha  iniciado la consolidación de un nuevo bosque urbano en el Parque Timiza en la localidad de Kennedy.

Estos esfuerzos se enmarcan en la Estrategia de Renovación Urbana Verde con coberturas vegetales biodiversas en el suroccidente, donde esta administración ha plantado más de 1.000 árboles nuevos y ha hecho mantenimiento a más de 75.000. Además, se están estableciendo 2 nuevos bosques urbanos que contribuirán a mejorar la calidad del aire, reducir el calor y fortalecer los corredores ecológicos.También se han mantenido más de 18.000 m² de áreas ajardinadas y se han promovido cerca de 2.000 nuevas huertas urbanas, fortaleciendo la seguridad alimentaria y participación ciudadana. En conjunto, estas acciones ya suman más de 23.000 m² de áreas verdes nuevas, una superficie equivalente a cuatro canchas de fútbol, que hoy ayudan a que el suroccidente de Bogotá respire mejor, reduzca sus islas de calor  y pueda adaptarse al cambio climático.

“Desde Ambiente Bogotá tenemos en marcha varios componentes que apuntan a solucionar el problema de la contaminación del aire, particularmente en el suroccidente de la ciudad. Además de iniciativas como la ZUMA y Foncarga, abordamos este reto de manera integral con la siembra de árboles, los techos verdes, los jardines verticales y las huertas urbanas. Todas estas inversiones en coberturas vegetales contribuyen significativamente a mitigar el impacto de las emisiones y a mejorar la calidad del aire desde distintas dimensiones. Y por supuesto, el trabajo de restauración ecológica en los Cerros Orientales también suma: nos permite aumentar la resiliencia frente a eventos de sequía extrema y reduce el riesgo de incendios en áreas estratégicas, evitando así un deterioro adicional en la calidad del aire de Bogotá”, agregó la secretaria Adriana Soto.

Otra estrategia clave para mejorar el aire que respiramos es la restauración ecológica de los Cerros Orientales. Sembrar especies nativas de árboles, arbustos y herbáceas reduce la vulnerabilidad a incendios forestales durante las sequías, lo que a su vez ayuda a evitar el deterioro de la calidad del aire. Bajo el liderazgo del alcalde Carlos Fernando Galán, Bogotá avanza en el proceso de restauración más ambicioso que haya tenido la ciudad en áreas estratégicas como los Cerros Orientales y los humedales: la meta es restaurar 21 millones de metros cuadrados al 2027, de los cuales ya están en proceso 9,66 millones, equivalentes a 674 veces la Plaza de Bolívar

Para reducir las emisiones provenientes de la manipulación de materiales en la construcción, el IDU ha fortalecido el aprovechamiento de los residuos de construcción y demolición (RCD), que en 2024 aumentó en un 19 % frente al año anterior, reduciendo así las emisiones asociadas a la producción y transporte de nuevos materiales. Además, se han reforzado los controles ambientales en las obras, incluyendo la limpieza de llantas, el control de velocidad de volquetas, la cobertura y humectación de materiales, prácticas que contribuyen a disminuir el material particulado fino (PM2.5) en la ciudad.

Nota para los editores: La razón por la cual el Inventario de Emisiones Contaminantes de Bogotá 2023 se publica en el 2025 es que este instrumento se actualiza anualmente con la información reportada por distintas entidades del Distrito entre el 1.º de enero y el 31 de diciembre de cada vigencia. Durante el año siguiente, la Secretaría de Ambiente realiza la consolidación, validación y análisis de los datos, y somete los resultados a revisión técnica y académica antes de su publicación. Este proceso riguroso garantiza que el inventario refleje de manera precisa las condiciones reales de la ciudad para el año evaluado, razón por la cual su versión final suele publicarse entre un año y medio y dos años después del periodo analizado.

El Inventario de Emisiones 2024 se encuentra actualmente en fase de recolección y validación de información, y, conforme al ciclo técnico habitual, será publicado en 2026, una vez finalicen los procesos de análisis y revisión interinstitucional.

 

Fuente: Prensa Sec. Ambiente

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